Vendimia en Champagne

Muchos saben que el champán nació en la región francesa de Champagne. De hecho, la historia afirma que fue el monje benedictino Dom Perignon quien inventó el llamado método ‘champegnoise’, que es el que se utiliza para elaborar esta bebida.

Según la tradición, este monje de la Abadía de Hautvillers, un edificio que hoy en día es propiedad privada de una gran bodega, causó una revolución al mejorar el sistema.

“Al visitar el encantador pueblo de Hautvillers se ven numerosas referencias a este personaje”, según Marta Pedrico, especialista en comunicación turística de aQa Consulting.

“Un poco menos conocido es que, cada año, al comienzo del mes de septiembre, desaparece la tranquilidad que caracteriza durante el verano a los viñedos de esta región francesa situada al noreste de París, para celebrar una de las épocas más agitadas y, a la vez, más divertidas”, según Pedrico.

Al acercarse el otoño llega a Champagne la vendimia, clave en la elaboración del champán porque de la uva que se recoja dependerá la calidad de los caldos de la temporada.

La vendimia se convierte también en uno de los mejores momentos para visitar la región. 

Racimos se recogen a mano
Entre 100,000 y 120,000 personas participarán en la vendimia esta temporada, recolectando el fruto de las 34,000 hectáreas de viñedos de Champagne, el 75 por ciento de las cuales están concentradas en el departamento de La Marne.

La situación de la vendimia en el calendario la decide el Comité de Champagne (www.champagne.fr), un organismo que también garantiza que se cumpla la tradición y todos los racimos se recojan a mano. 

Vendimiar por un día
En la región francesa de Champagne, la vendimia es un proceso eminentemente artesanal en que el visitante tiene la oportunidad de participar gracias a las propuestas y actividades de 15,800 viticultores, 300 ‘maisons’ (casas) y 39 cooperativas de champán que hay en la zona.

Un buen ejemplo es Champagne Philippe Martin, una ‘maison de champagne’ que propone al visitante convertirse en vendimiador durante una jornada de trabajo. “El día es muy completo en esta ‘maison’ familiar fundada en 1892 y en la que hoy ya trabaja la novena generación”, destaca Elisabet Vidal, responsable comercial de la Agence de Développement Touristique de La Marne (ADT La Marne).

La hora de encuentro es a las 8:45 de la mañana y hasta las 3:00 de la tarde el visitante puede desayunar y comer con los vendimiadores, participar en la recogida de la uva, visitar sus bodegas, conocer su pequeño museo dedicado a la elaboración del champán, y degustar una copa de su cosecha.

También en Champagne Julien Chopin, unos pequeños productores con una ‘maison de champagne’ situada en el pueblo de Monthelon y bien integrada en el circuito de ‘enoturismo’, invitan a los visitantes a sumarse a la fiesta de la vendimia.

“Si bien esta firma abre sus puertas a los visitantes todo el año, durante esta época adaptan sus propuestas para invitar a quienes se acerquen hasta allí a tomar las tijeras, mezclarse con los vendimiadores y descubrir el proceso de prensado”, señala Vidal.

Si después de esta experiencia alguien se queda con ‘ganas de más’, Champagne Julien Chopin le ofrece la oportunidad de apadrinar 3, 6 o 12 cepas durante un año, para que pueda descubrir qué se siente al ser un ‘vigneron’ (viticultor).

Según la portavoz de ADT La Marne, existe otra propuesta que hará las delicias de los amantes de las caminatas y la naturaleza.

“La realiza Sentier du Vigneron, una iniciativa que propone la visita a siete ‘maisons de champagne’ del pequeño pueblo de Mutigny, recorriendo los 2.2 kilómetros de este bello sendero circular, con unas increíbles vistas sobre los viñedos”, prosigue.

Las explicaciones de un guía y las estaciones lúdicas distribuidas a lo largo del camino ofrecen una amena introducción a la historia de la viticultura, su preservación y su desarrollo.

Anuncia que para esta edición de la vendimia, Sentier du Vigneron ha preparado una experiencia única que incluye la visita de una explotación e invita al visitante a unirse a la tradicional pausa gastronómica de los vendimiadores y a realizar una degustación de la cuba comunal.

La noche, también entre viñedos
“Y para acabar el día, ¿qué mejor que dormir rodeados de viñedos?”,  reflexiona Marta Pedrico, especialista en comunicación turística de aQa Consulting.

Para aquellos que busquen algo sofisticado, que aúne historia y diseño, Clos de Terres Soudees puede ser una opción ideal, de acuerdo a Elisabet Vidal.

“Este es el pequeño hotel de Champagne Roger Coulon, un establecimiento con tan solo cinco habitaciones, todas ellas decoradas con un diseño exclusivo inspirado en un tema relacionado con el champán”, añade Vidal.

“Quien se aloje aquí, no necesitará moverse de su hotel para vivir la vendimia, ya que allí han preparado una completa jornada de visita que incluye: descubrir la recolección y el prensado de la uva, una cata del mosto resultante y un taller de iniciación a la degustación del champán”, asegura.

Quizá en la recepción del hotel o al conversar con los vendimiadores, alguien hable al visitante sobre el Faro de Verzenay, construido lejos del mar y que ofrece unas vistas maravillosas de 360 grados sobre los viñedos de La Marne a quienes suban sus 25 metros de altura pisando sus 101 escalones.

El faro de Vernezay cumple ahora cien años, al mismo tiempo que el ‘ecomuseo’ de la vid, situado a sus pies, que celebra su primera década convertido en una visita imprescindible para quien quiera conocer la realidad de  Champagne y su patrimonio natural.

Las grandes ‘maisons’
“Hasta ahora, nuestro recorrido nos ha llevado por pequeños productores y champanes de nombres que seguramente para la mayoría eran desconocidos, pero  sería una verdadera pena que el visitante se marchara sin conocer alguna de las grandes ‘maisons de Champagne’, apunta Pedrico.

“La espectacular sede de MoÎt amp; Chandon en Épernay,  la de Pommery y la de Mumm, ambas en Reims, son seguramente tres de las casas más populares”, según Vidal.

Igualmente interesante, indica, es visitar las bodegas de Veuve-Clicquot y las galerías de creta donde envejecen sus champanes, o Taittinger,  erigida entre los restos de una antigua abadía así como Champagne Mercier. Las tres son ideales para descubrir en familia.

“Si alguien necesita algún aliciente más”, apunta Vidal, “los visitantes deben saber que estas ‘Maisons de Champagne’ se ubican dentro de un territorio que este año 2016 ha celebrado el primer aniversario de la designación como paisaje cultural Patrimonio de la Humanidad por la Unesco”. 

HERRAMIENTA DIGITAL
Si alguien se queda sin ideas o no ha tenido tiempo de preparar su viaje antes de llegar a destino, Elisabet Vidal recomienda visitar la web www.jebulle.com, una herramienta con geolocalización que muestra las opciones de ocio más cercanas, adaptando el resultado de la búsqueda según varios criterios como si está lloviendo o luce el sol.

“¡Eso sí, antes de salir de casa piensen que viajan a la región de  Champagne y reserven un poco de espacio en la maleta, ya que es casi imposible marcharse de allí sin un par de botellas para disfrutar a la vuelta!”, concluye.